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Actuemos ante el desastre

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Por: Yvelisse Prats Ramírez De Pérez

Alzo mi voz, a través de este En Plural dolorido y alarmado, demandando de la comunidad educativa nacional, que como en otros momentos cruciales, reaccione ante el S.O.S. que hace tiempo clama el sistema educativo dominicano.

La fanfarria costosa de una propaganda excesiva y continua, falsa por demás, disimuló un tiempo un deterioro que abarca a todos los elementos y manifestaciones de nuestra educación.

El Consejo Nacional de Educación, “órgano rector de la educación dominicana”  como reza la Ley 66-97, ha sido suplantado por una dirección vertical, propia de una visión antidemocrática; las decisiones  se toman en el despacho del Ministro de turno, soberanamente.

Esta situación es más grave, porque después de Ligia Amada, Alejandrina, Josefina y Melanio, maestros probadas, el PLD ha designado en MINERD políticos que no son profesionales en las Ciencias de la Educación.

Reproduciendo el refrán “cada maestrico, con su librito”, el cambio de Ministros ha conllevado transformaciones sucesivas, sorpresivas, de los currículos, y una serie de órdenes departamentales, y decisiones que han fragmentado el indispensable carácter procesual de la educación, en nombre de una “Revolución educativa” que ha devenido en involución.

Los resultados de cuatro evaluaciones sucesivas, PERCE 1 y 2, TERCE y PISA, a nivel internacional, y desde hace tiempo las pruebas nacionales y los alertas que sobre ellas hizo IDEISE, demuestran que nuestros estudiantes han experimentado un giro regresivo en sus aprendizajes.

Pasando sin transición de las competencias a los ejes transvásales, se volvió de repente y sin evaluación que lo justifique, a las competencias. Ese bamboleo afectó la formación docente, cuyos programas no han logrado aun coherenciarse en torno a fines comunes.

A la historia dominicana, la geografía igualmente, se les da poca importancia. Algunos Colegios bilingües, violan la ley de educación ofreciendo exclusivamente planes de estudios norteamericanos.

La tanda extendida, el logro más pregonado del sistema, que se inició en el 2014, no ha podido aún cumplir su objetivo educativo; en el horario vespertino solo se imparten dos materias: ocio y aburrimiento.

Es doloroso para mí, formadora de maestros tanto tiempo, hacer esta pregunta: ¿qué papel juegan, en esta crisis, las instituciones que capacitan y titulan a los profesores dominicanos?

Sus prácticas docentes, ¿son verdaderas investigaciones que concluyan en propuestas para enfrentar la evidente falta de calidad de la educación dominicana?

El reciente conflicto que han suscitado las evaluaciones docentes, y que ha culminado esta semana con la prueba de fuerza de la masiva movilización de la ADP, presenta nuevos motivos de preocupación, hasta de angustia, sobre la incapacidad de las autoridades educativas, y también, hay que decirlo, sobre la calidad de la docencia que se imparte en las escuelas.

¡Hay tantas preguntas y tan pocas respuestas!

En el 2014, gran parte de la comunidad educativa debatió estos problemas y se firmó un acuerdo educativo con el gobierno, que ha sido ignorado e irrespetado.

Concluyo este En Plural que enumera tantas lacerias, sugiriendo que quienes firmamos ese Pacto nos convoque nuestra responsabilidad, para reunirnos de nuevo, cinco años después, para analizar este presente sombrío, y plantear propuestas de soluciones a la debacle en que está sumido todo el sistema educativo dominicano.

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