Por: Juan Daniel Balcácer
El primero de junio de 1987 Juan Bosch, ilustre escritor y expresidente de la República, le dirigió una carta a monseñor Hugo Eduardo Polanco Brito, entonces presidente de la Academia Dominicana de la Historia, en la que sostenía que el general Gaspar Polanco -y no Gregorio Luperón- fue el auténtico jefe militar de la guerra restauradora, al tiempo que solicitó que una comisión de académicos estudiara la documentación pertinente con el fin de establecer la verdad histórica respecto de tan controversial tema. A continuación, reproduzco un fragmento de la aludida misiva:
“Estimado amigo:
“En el año 1982 se publicó un libro mío titulado “La Guerra de la Restauración” cuya 5ta edición está en prensa y se pondrá en circulación dentro de pocos días. Esa obra fue escrita consultando los documentos relacionados con ese episodio, el más importante de la historia de nuestro país, y en sus páginas se ofrece en detalle la actividad que desplegó, en tal guerra, Gregorio Luperón que no fue, ni siquiera durante una hora, el jefe de esa epopeya como lo afirman los historiadores al uso; el jefe fue Gaspar Polanco, cuya figura ha sido relegada a un tercer, si no un cuarto lugar debido a que la alta pequeña burguesía comercial y profesional de Santiago y Puerto Plata, que era quien hacía la historia en los años siguientes a los de la Restauración, no le perdonó nunca al autor del incendio de Santiago el fusilamiento de Pepillo Salcedo, compañero de clase de esa alta pequeña burguesía, y en consecuencia sumió en un pozo profundo a Gaspar Polanco y en el puesto que le correspondía colocó a Gregorio Luperón”.
“Estas líneas persiguen un fin: que la Academia Dominicana de la Historia elija una comisión de tres de sus miembros para que estudien los documentos relacionados con la Guerra de la Restauración, con el propósito de que la institución que usted preside extraiga de esos documentos la verdad histórica acerca de quién fue el jefe de la Guerra de la Restauración. Hasta donde me fue dado llegar estudiando los documentos que tuve a mi alcance, Luperón no fue el jefe de esa epopeya en ningún momento, aunque sí participó en ella de manera destacada”. Continuaré con la segunda parte de la epístola del profesor Bosch…