Por: Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio
Nosotros encontramos esta frase en el libro del Eclesiastés, del Antiguo Testamento, Qohélet 5, 14, que dice: “Como salió del vientre de su madre, desnudo volverá, como ha venido; y nada podrá sacar de sus fatigas que pueda llevar en la mano”.
Usted y yo salimos del vientre de su madre, de nuestras madres, sin nada, y nosotros volveremos sin nada. San Pablo dice: “Nada trajimos al mundo, de modo que nada podemos llevar de él”. Se ha hecho viral una anécdota de la vida de Alejandro Magno que quería que lo enterraran, que lo llevaran los médicos, que toda su riqueza la tiraran detrás de él y él con las manos levantadas diciendo –lo dijo él expresamente– “para que todo el mundo vea que salí, vine sin nada y que muero y vuelvo sin nada”.
Por eso desnudo vine al mundo y desnudo volveré a mi regreso. Es una lección que sirve y ahora la pandemia nos enseña que, lo importante en la vida es compartir lo que uno tiene porque uno vuelve sin nada.
Hasta mañana si Dios, usted y yo lo queremos.