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En vez de protestas, propuestas

Por: Yvelisse Prats Ramírez De Pérez

Porque me duele, y tiendo a ser muy crítica, me he vuelto últimamente una maestra regañona cuando opino sobre mi país.

He hablado y he escrito sobre las falencias y las dolencias que aquejan a la sociedad dominicana; por supuesto, he acentuado y he profundizado mis análisis y críticas sobre la educación, porque es mi profesión, y la pasión de mi vida.

En este En Plural quiero seguir tratando sobre ella, pero desde un ángulo distinto. Esta semana he releído el libro de Paulo Freire, “Pedagogía de la Esperanza”, y me da por ser optimista, y creer, y esperar, ¿y por qué no, soñar? con una transformación educativa parecida a las utopías freirianas.

Esa educación, liberadora, transformadora radical de las groseras desigualdades que el actual modelo neoliberal ha impuesto, necesita ser primero conocida, deseada, asumida con brío por toda la comunidad educativa dominicana para impulsarla y sostenerla contra viento y marea.

Pienso, porque soy militante y dirigente de un partido político, el PRM, que espera llegar al poder, que en esta etapa electoral es a los técnicos políticos de nuestra institución que nos corresponde presentar algunas maquetas de esa construcción sociocultural, humana, ideológica, de una educación no solo para todos, sino con todo y entre todos, y de por vida, no solo en Freire, en Giroux, en Macedo, y en RD, por ejemplo a Miguel Escala.

Pasando de la pena y de la indignación al entusiasmo, esbozo en este En Plural, sonriente, unas cuantas ideas como semillas para configurar un primer programa-puente que se irá poblando y enriqueciendo con un coro entusiasta de participación: técnicos, maestros, padres, estudiantes, empleadores y alumnos.

Como parto para expresar estas premisas educativas de un modelo de desarrollo progresista, inclusivo, participativo e igualitario, presento primero las ideas-fuerza de mi modelo educativo.

Es incluyente, para garantizar una cobertura con calidad en todos los niveles, modalidades y en cualquier edad.

Es equitativo y solidario, atendiendo a la diversidad, con programas compensatorios para niños y jóvenes en circunstancias difíciles.

Es participativo, porque en la gestión educativa tienen responsabilidad y derechos las familias, la comunidad y los estudiantes.

Tiende a la descentralización, porque otorgaremos cada vez mayores iniciativas a los distritos y centros escolares para adecuar la oferta educativa a la demanda local y para la distribución y transferencia de recursos.

Es vinculante, porque establecerá relaciones estrechas entre las instituciones de la educación formal, con la educación informal y no formal, especialmente la formación técnico profesional con el mundo laboral, creando un Sistema Nacional de Capacitación con pasantías en empresas y conexión con empleadores, y la participación de instituciones empresariales y sindicales.

 

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