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Enrique Sarubí cuenta como pasa la cuarentena en Miami

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Santo Domingo. – Como todo quisqueyano que vive fuera del país, Enrique Sarubí añora regresar a su Patria para ver a su gente querida, pero en estos momentos en los que una pandemia como el Coronavirus atrapa el mundo, lo más inteligente es esperar que pase y respetar todas las medidas establecidas como lo está haciendo, junto a su tres hijos y 4 nietos.

Desde su llegada a la Ciudad del Sol se dio cuenta que tenía que estar conectado de alguna forma con su país y produce el programa “Somos RD”, que se transmite en todos los Estados Unidos y varios canales de República Dominicana.

Aunque se define como un hombre muy hogareño, la verdad es que en este lapso se siente más a gusto en la casa disfrutando más de su familia, convencido de que la vida es cíclica y de que todo lo malo aparece algo bueno.

“Pero en estos momentos difíciles sólo le pido a Dios mucha protección para la familia y mucha salud para todos los conocidos”, dice.

Confiesa que visita su país muy a menudo, pero ahora más que nunca extraña su gente, por tan razón siempre tiene un mensaje por las redes sociales: “Tenemos que cuidarnos, lavarnos mucho las manos, obedecer las reglas de distanciamiento social, respetar las disposiciones gubernamentales (toque de queda, no hacer reuniones de muchas personas, usar máscaras faciales, etc.”.

En esta cuarentena su casa se ha convertido en una cárcel de amor y entre sus rejas están resguardados su esposa Solange, sus hijos Alex, Jatnna y su hija más pequeña Elizabeth. “Aunque lo más extraordinario para él es ver bajar las escaleras y correr por toda la casa a sus nietos, Dominique y Daniels. Son la alegría de la casa. Despertar y saber que están bien me da la esperanza de un mejor mañana para la familia”, asegura.

Su día a día

Unos de los hábitos que tiene en este confinamiento es dormir más, pues por lo general se levanta más temprano y se acuesta tarde, pero este detalle que disfruta bastante no le merma satisfacción a colaborar en los quehaceres del hogar, junto a su esposa, Solange y sus nietos.

El productor evita saturarse de malas noticias, escucha música  o hacer yoga, y disfrutar mucho de su familia.

Dice que realmente en Miami no ha colapsado el sistema de salud, gracias a Dios. A nivel condal y de ciudades se ha mantenido la buena atención a la comunidad. Con buenos servicios de emergencias y con alimentos a los más necesitados.

Dos semanas atrás, entiendo que se tomó una de las medidas más acertadas, que es el uso de mascarillas obligatorio, al salir a la calle a comprar a supermercados, farmacias y estaciones de gasolina.

Los muertos y contagiados aún no aplanan la mencionada curva, suben y bajan los valores en sentido general, pero aun así algunas ciudades ya empiezan a mejorar el distanciamiento social. Algunos parques y áreas de entrenamiento se reabrieron al público. Con ciertas restricciones, no así los restaurantes ni bares.

De hecho los afroamericanos y suramericanos han sido los más golpeados por el Covid-19 en el condado de Miami Dade, que los dominicanos, gracias a Dios.

Los Dominicanos hemos mantenido un comportamiento satisfactorio aquí, pero siempre estamos muy pendientes a lo qué pasa en nuestro país, y de cómo está la comunidad residente, los amigos y familiares, dando apoyo a través de llamadas telefónicas y siempre a atendo a cualquier eventualidad.

“Es momento de que los nacionales en cualquier lugar que estén se den apoyo y piensen que con su comportamiento ejemplar son embajadores de su patria esperando un feliz retorno”, concluye.

 

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