Por: Raúl Pérez Peña (Bacho)
Las diferencias en el PLD se vendieron al principio como familiares, sin mayores consecuencias.
Zancadillas, golpes bajos y truchimanerías degeneraron en la garata con puño alentadas por feroces intereses de muchos que andaban en chancletas y pidiendo bolas hasta que le cayeron como buitres a los recursos públicos. De ahí las cadenas de escándalos y latrocinios ocultos protagonizados por cúpulas moradas empotradas en el poder. Las complicidades de todo tipo han brillado por su presencia. El panorama presenta a un Leonel que le dieron el “palo de la gata”, en venganza por abatir a Danilo Medina cuando gritó: “Me venció el Estado”. Dicen que al llegar la hora del diferido y refrito discurso de Leonel lo sacaron del aire y le sacaron el aire. Vemos ya la reacción del otrora león empeñado en cobrárselas juntas a Danilo Medina.
