Por: Edward Pérez
El ciudadano de la frontera
El siglo XI fue recibido con augurio por una nueva clase social que iba como viento en popa… Dajabón provincia occidental de la República Dominicana. No se hizo esperar una nueva clase social que había llegado, y en su momento pareciera que la cúspide del cielo estaba a la vuelta de la esquina para ellos.
Cada fin de semana se protagonizaban escenas como la de Romeo Capuleto y Julieta Montesco en la emblemática obra ROMEO Y JULIETA de William Shakespeare… Ya los matices se tornaban grises en aquel pueblo que vivía en asedio por esta nueva clase de creídos ricos.
La música típica, símbolo cultural del país, fue la más afectada por esta clase.
Entre los años 2014 al 2018 este ritmo musical sufrió distorsiones en sus largas canciones porque en cada fiesta había que mencionar los nombres de cada uno de ellos además, de tener que soportarlo en un CD que usted compraba en dicha fiesta, también tenía que soportar que en cada concierto se les dedicaran las canciones a ellos, a los 9 que llevaban para los aplausos, a su acompañante, al lambón de la mesa, al fulano que estaba en NY y que vía telefónica debía certificar que mencionaron al fulano.
Cuatro de la mañana: como Fregata Magnificens Inflaban su pecho y vociferaban que la fiesta continuaba porque ellos eran los reyes del dinero.
Estos nuevos ricos habían creído que podían con algo llamado «estado social de tranquilidad».
A la llegada del 2019 sufrieron las mismas catástrofes de los dinosaurios… Que no supieron qué los golpeó si no que años después, científicos determinaron que un meteorito los impactó.