Por: Juan Guiliani Cury
En tiempo del régimen de 31 años del dictador Rafael Leónidas Trujillo, existió en el país de una Flota Mercante dominicana con propiedad de varios buques que hacían travesías a otros países de la región. Esta Flota con abanderamiento propio fue un ejemplo de la capacidad que puede tener esta nación de crear empresas de transportación tanto marítima como áerea que sirvan a los mercados externos, principalmente lo de la zona del Caribe y el istmo Centroamericano. El tiempo transcurrió y la Flota Mercante se vio obligada a desaparecer del escenario de nuestra actividad marítima.
El rotativo Listín Diario, en su opinión editorial del pasado viernes 8 del corriente, retoma el tema diciendo que la creación de una flota mercante que esté orientada a facilitar las actividades del comercio exterior con las islas del Caribe y la región Centroamericana debe insertarse en la lista de prioridades impostergables tanto del sector público como privado. El tema ha recobrado atención ante un anuncio del canciller dominicano Miguel Vargas, de que una nave marítima con capacidad para 40 contenedores empezará a servir la ruta Haina-Curazao y de ahí conectar con otros puertos de las Antillas Holandesas como Aruba, Bonaire.
Tres años atrás este tema fue abordado y agendado por una misión especial creada por el presidente Danilo Medina, con el objetivo de ampliar las relaciones bilaterales con países claves del Caribe y que encabezó el ministro para Asuntos de Políticas de Integración Regional, Miguel Mejía, y otros integrantes como, Antonio R. Vargas, director de Digecoom, Marcelo Puello del MIC y quien esto escribe, el cual dio como resultado la suscripción de un Memorando de Entendimiento y Cooperación con Curazao, San Martin, Aruba y Holanda, todos agrupados en el Reino de los Países Bajos. Dicho Acuerdo fue refrendado el 29 de agosto, 2016 por el canciller Vargas y representantes y dignatarios de los países mencionados.
