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La fuerza del entorno

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Por: Orlando Gil

El PLD y el PRM mostraron (no demostraron) su fuerza en la capital el pasado fin de semana. En días sucesivos, sábado y domingo, uno con nublado, otro con lluvia, pero recorriendo el mismo trayecto.

De la Pedro Livio Cedeño o Nicolás de Ovando hasta el Malecón, aunque no por las mismas calles ni iguales paradas.

La del PLD para conmemorar el 46 aniversario de su fundación, y después de una en Santiago. La cual no llenó las expectativas por un mal manejo de estrategias.

No se quiso reconocer que en Santiago Abel Martínez es una realidad política y electoral, y que todavía Gonzalo Castillo no marca el paso. Lo correcto era que fuera el alcalde que encabezara la marcha y no el candidato presidencial.

Celebración aparte, al PLD le hacía falta una movilización como la del pasado sábado, pues no solo era una vuelta a sus inicios, sino una reafirmación de simpatía en la población. Incluso se tomaron medidas para impedir que la caravana se rompiera y núcleos importantes se aislaran, un hecho frecuente en estos días. La actividad del PRM tuvo otra motivación: presentar en sociedad y de mano de Luis Abinader a las candidatas a la senaduría y alcaldía del Distrito Nacional, Faride Raful y Carolina Mejía.

La marcha-caravana del PLD tenía tiempo planeada, tal vez no con el enemigo adentro, pero si un poquito después. La del PRM, no se sabe si fue de circunstancia o improvisó medir fuerzas. La del PLD se calculó que día sábado y en esa zona era una oportunidad de oro, pues al haber tanta gente en las calles, podría producirse una situación de engaño. El conglomerado sería de propios y extraños, indistintamente. El propósito del PRM habría que ver si fue el mismo, aprovechar el flujo de calle por motivo de las Navidades, y que se confundieran caminantes y transeúntes.

El éxito conviene dejárselo al regateo de los interesados, pues meterse a determinar y a dar o quitar sería provocar insolencias y ganarse maldiciones. ¡Qué el Señor juzgue!

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