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Primer Mandatario Luis Abinader protege estructura del PRM para no justificarse mañana

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Por: Alejandro Asmar

Santo Domingo. – El PRM tomó la valiente medida de salvaguardar la integridad del partido al evitar que la disidencia mal canalizada lo hiciera implosionar desde adentro, como ocurrió en el viejo PRD y recientemente, en el PLD, costándole al primero 20 años fuera del poder y al segundo su expulsión de la conducción gubernamental.

El PRM ha desarrollado mecanismos para resolver democráticamente las disputas internas y que posibilitan los procesos de circulación de liderazgos. Pero la democracia interna jamás debe confundirse con el sabotaje interior.

Si usted considera que sus postulados y planteamientos son los correctos, dese la oportunidad de comprobarlo en los hechos y acepte el reto de buscar oídos y ánimos receptivos, donde entienda que le puede ir mejor. No es digno ni honorable permanecer donde no lo quieran, donde estime que no lo valoren. Es de persona sensata saber irse cuando siente que su presencia no es grata ni apreciada, cuando se torna pesada, gravosa y sienta el peso abrumador del rechazo.

Nadie está obligado a lidiar con una relación tormentosa, forzada y llena de insatisfacciones. Por eso existen los divorcios por incompatibilidad de caracteres. La lógica partidaria aconseja que la basura se barre hacia adentro y no hacia afuera, y se esconde debajo de las alfombras, de modo que no sea públicamente visible.

Quien quiere de verdad que su organización se solidifique, crezca y permanezca, no hará nada que atente contra su estabilidad y menos coincidir con el contrario. Cuando se coincide con éste, usted debe revisarse porque no es lo normal. Y si usted no se revisa voluntariamente, entonces hay que revisarlo por los métodos institucionales, tomando las medidas correctivas de lugar.

A los perremeístas, como herederos y relevos políticos del antiguo PRD, le costó 20 años de penurias y sacrificios el permitir que lo destruyeran o se autodestruyera desde adentro, como para permitir ahora la repetición de esa amarga experiencia. Un partido que no tenga vocación suicida, no deja que las cosas se vuelvan incontrolables y que los daños se vuelvan irreversibles.

Por eso, estoy completamente de acuerdo con las medidas de saneamiento interno, de control de daños, que está tomando sabiamente la dirección política, refrendadas por las mismas bases que los disidentes dicen representar y por las que supuestamente abogan.

Si dicen que la mayoría de la membresía del PRM responde a ellos y está con ellos, pues que acepten el reto de competir disciplinariamente o que funden un partido nuevo o se vayan para otro que quiera acogerlos: Pero que no se queden ahí dentro, proporcionándole municiones gratis constantemente a los adversarios.

Si su música no es bien recibida, váyase con su orquesta para otra parte. Demuestren de esa manera que tienen amor propio, algún concepto de dignidad personal y valentía política. Acepte que le cuenten sus votos, llévese, si la tiene, la ración suya de ese pastel, pero no se ofrezca a ser palo cruzado que atore las ruedas de su partido.

 

Si aceptamos que la democracia necesita y se renueva con caras nuevas que ofrezcan diferentes opciones, pues que se atrevan a crear nuevos espacios donde brillen esas “caras nuevas”.

Ojalá que encuentren la inspiración, la motivación necesaria y la confianza en su propia fuerza, y emulen el ejemplo de Juan Bosch, Jacobo Majluta y el mismo Peña Gómez, quienes se atrevieron a hacer nuevos caminos al andar, cuando vieron que ya no cabían en sus partidos.

Luis tiene el legítimo derecho, como líder del PRM. de hacer lo que hizo, al igual que los “afectados” tienen la opción de ir a una contienda interna de manera respetuosa y disciplinada o coger el rumbo que más les convenga a sus intereses personales.

Dr. Alejandro Asmar

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