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Señor Presidente: Dignidad y respeto para policías y militares 

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Por: Juan Tomás Taveras

Los policías y militares, así como sus familias están pasando hambre mientras tienen que trabajar y

corriendo el mayor riesgo junto a los médicos.

Quiero reiterar el llamado de atención y cumplimiento al presidente de la República, al Congreso Nacional, a los ministros correspondientes y que se sumen a esta petición los medios de comunicación y el pueblo en general.

Para que en la mayor brevedad posible las autoridades dispongan los recursos requeridos y necesarios para todos los policías y militares que están en las calles ejerciendo sus funciones.

Siendo los avituallamientos o herramientas más importantes para cumplir los servicios las siguientes medidas:

1)Bono extra equivalente a tres meses de salario, para poder suplir mínimamente a sus familias de las necesidades básicas y estar más enfocados en sus servicios. (es una burla dar un bono de 5 mil pesos a militares y policías, así como 10 mil pesos a los médico).

2)Congelamiento de los intereses y exoneraciones de las cuotas mensuales por tres meses de los préstamos.

3)Mascarillas no desechables tipo n-95, guantes y demás medidas de higiene pertinentes.

4)Raciones de alimentos cocidos con estándares de higiene y calidad para los que trabajan 8 horas en el día y en la noche y que nadie exceda las 8 horas como lo manda la ley laboral y a los que extiendan sus turnos, reciban pagos de horas extras.

5)Suministro de transporte desde su casa a su lugar de trabajo y viceversa, con los requerimientos protocolares de protección.

6)Que los vehículos, oficinas o estaciones de servicio estén debidamente higienizados con desinfectantes luego de cada relevo o cambio de turno.

7)Constante supervisión y orientación para detectar cualquier miembro contagiado o que presente los síntomas.

De estas medidas que las primeras tres apliquen también para los pensionados.

Esta mascarilla y demás pertrechos sanitarios o médicos podrían ser producidos en zonas francas que laboren en estrictas medidas de seguridad preventiva para evitar contagios. La zona franca de las F.F.A.A. podrían especializarse en fabricar las mascarillas tipo n-95 que son las de mayor seguridad.

Dichas prácticas ayudarían a mantener la economía a flote, contratando a mano de obra que de otra manera estuviera desempleada, como organizaron muchos Estados sus economías en tiempos de guerra por ejemplo los Estados Unidos bajo el gobierno de Franklin D. Roosevelt durante la Segunda Guerra Mundial.

Estos momentos nos obligan a ser creativos, innovadores y aprovechar los terrenos fértiles de nuestros dos tercios de isla y poner en ejecución una reforma agraria que revolucione la producción agroindustrial, priorizando los cultivos de ciclo corto como las hortalizas y otros rubros para garantizar la seguridad alimentaria del país.

Además, hemos notado con mucha preocupación la acumulación de basura y desechos en las distintas calles de las principales ciudades del país, lo que agrava el problema sanitario que vivimos, siendo esta parte responsabilidad de todos y especialmente de los alcaldes.

Hoy en la cruda situación que vive el país y el mundo con la amenaza del Coronavirus y la crisis de miedo inducida por medios de comunicación en general, la peor parte y el mayor riesgo les toca a los uniformados, que independientemente de los cuestionamientos que hay en torno a ellos, son los que hacen posible el orden social y que se cumpla en menor o mayor grado la cuarentena dentro del Estado de Emergencia decretado por presidente y el congreso. Además, deben abandonar o descuidar sus familias para cumplir con sus responsabilidades. (Sin excluir a los servidores de la salud).

El Estado de Emergencia provocado por esta calamidad sanitaria que nos exige vivir en cuarenta y en aislamiento social, obliga a las autoridades electas y designadas a estar laborando 24/7 e informar de manera constante al congreso y a la población en general, como lo manda la Constitución. Sin embargo, ni el presidente, ni el congreso, ni los ministros correspondientes (de Defensa y de Interior) están Haciendo lo propio ni gestionando las herramientas necesarias para que los policías, militares y miembros de la salud puedan ejercer con seguridad y protección sus funciones, e igualmente, con el resguardo de sus familias.

Así mismo, se hace imperativo proceder para distribuir y facilitar las necesidades básicas a la población que vive de lo que produce o consigue en el día a día, que supera el 60% de los habitantes del Estado Dominicano.

Por último, me sumo al llamado de Hecmidio Galvan: “Hago un llamado a todo el liderazgo nacional a que celebre una #CumbrePorLaUnidadNacional donde participen todos los líderes políticos, sociales, empresariales, religiosos, juveniles, etc, del país para buscar soluciones a la crisis actual y venidera”. (Maquinaria del Cambio)

Por lo antes expuestos y muchas otras cosas, debemos estar claros como sociedad que es casi imposible que policías mal pagados y maltratados (sin dignidad) puedan ejercer servicios dignos y con calidad. Igualmente, pasa con los médicos. Lo que se simplifica diciendo: “Tenemos la policía que pagamos” pero, eso puede cambiar y tiene solución.

Dios bendiga siempre al pueblo dominicano. Todo por la Patria.

El autor es político duartiano independiente, mayor general retirado PN, periodista, activista social, miembro fundador y vocero de la Asociación de Policías y Militares Activos y Jubilados Dominicanos, APODOM, Pro Dignidad y Derechos. Incluye a todos los veteranos.

 

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